La actividad pedagógica en nuestro centro comienza a partir del primer año de edad, concebida como un divertimento y un ámbito de experimentación a la vez, para el niño. Permitiéndole introducirse, con el mayor goce posible, en un mundo nuevo, tan atractivo como beneficioso y enriquecedor.

El despliegue de nuestros planteamientos didácticos se dará en clases colectivas de grupos reducidos y proporcionarán múltiples iniciativas musicales basadas en un proyecto de enseñanza continuo e integrado, que favorezca la formación musical del alumno de acuerdo con su edad.

Al igual que todas las actividades destinadas a edades tempranas, el equilibrio de las sesiones musicales, en cuanto a distribución de tiempos y variedad de ejercicios, es esencial para garantizar que los niños más pequeños se beneficien de todas las áreas de la música. Desde escuchar música y bailar, a cantar y tocar instrumentos sencillos. Esta estructura proporciona a los niños la facultad de aumentar la consciencia sobre sus sentidos así como desarrollar sus habilidades de coordinación y finas motoras.

Establecemos tres ciclos o grupos de edades:

  • CICLO A – Música para bebés (1 y 2 años)

Los bebés necesitan un apoyo especial por parte del profesor para involucrarlos realmente en la sesión (desplazamientos, posturas, etc) por lo que contaremos con la asistencia de un segundo educador y de los padres que quieran participar en la misma.

En estas sesiones no tratamos de enseñar al bebé a cantar, sino a “absorber” físicamente las melodías, las letras, las acciones y sus significados, al evolucionar aquellas mediante repetición de canciones e introducción de actividades que usan siempre la misma fórmula (combinaciones de tempo, dinámicas, altura y pulso)

Los resultados más gratificantes e ¡inesperados! serán fruto tanto de la observación como de la interacción. Un niño que aprende y escucha a través de la música se hará notar en todas partes por su manera de actuar y expresarse.

  • CICLO B – Preescolar (3 a 5 años)

Este grupo de edad es más independiente en general. Tienen más control sobre su coordinación motora y una mayor conciencia lingüística… Están listos para afrontar retos.

Aunque podremos usar incluso las mismas canciones que con los del grupo anterior, las trabajaremos de formas diferentes para enseñarles y fomentarles la adquisición de nuevas habilidades. No obstante, insistiendo nuevamente en los aspectos musicales claves de pulso (latidos), altura (alta o baja), tempo (rápido y lento) y dinámica (fuerte y débil)

Las acciones para las canciones serán más rotundas pues los niños a esta edad aportan cambios y sugerencias. Les animaremos a cantar solos con letras y melodías sencillas, reforzando el pulso, puesto que éste estimula la musicalidad en sus respuestas, mediante la percusión corporal autónoma. Introduciremos ejercicios de cambios de tempo y dinámica al invitarles a escuchar primero y responder después a través de la voz, el cuerpo e instrumentos. Para añadir finalmente en éstos la asimilación del fenómeno del ritmo.

Las actividades podrán ser grupales, individuales, por turnos y dirigiendo al resto, modificando cada vez el uso del espacio en los momentos de cuentacuentos, baile, audición y ejecución instrumental.

El empleo de instrumentos de percusión conllevará el apunte, mediante juegos, de la historia de los instrumentos, sus diferentes sonidos, etc.

Con esta metodología, a pesar de que a los niños se le insta constantemente a participar y aprender, y el profesor tiene un sentido claro del equilibrio entre el disfrute y el objetivo pedagógico perseguido, ellos perciben cada sesión tan creativa y fluida como si lo fuera de simple juego… asiduo, pero espontáneo.

  • CICLO C – Primaria (6 a 8 años)

En esta edad el niño es un manantial de imaginación y creatividad como en ningún otro momento de su vida. Siempre respetando y potenciando la naturaleza del niño queremos aprovechar esta circunstancia, introduciendo en los juegos y ejercicios conceptos como métrica, estructura y articulación, creando a su vez música para textos (cuentos, poemas, teatro).

Los niños irán conociendo ciertos instrumentos musicales, conforme los manipulen e interactúen con ellos en un ambiente lúdico y experimental. Mediante el juego se asientan las bases para la futura práctica instrumental, guardando siempre relación con la facilidad que el niño presente a priori para dicha práctica.

En esta etapa hay niños que ya han elegido instrumento y otros que todavía no. Todo dependerá del interés de los niños, los gustos y aptitudes particulares de cada alumno. Por ello será fundamental que, a la hora de elegir el instrumento más adecuado, prime una opinión consensuada entre padres, tutores y profesores del alumno.